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JULIÁN MOLINA ANDRÉS – CUIDADOSO PILOTO

 

 

 

120814

 

amigos,

 

   se acaba de cumplir el cincuentenario de la muerte de Julián Molina, un piloto motociclista de notables facultades. De la misma generación que Ramón Torras (1943-1965), tuvo su mismo triste final en un escenario semejante, aunque es menos recordado.

 

hastaluego

 

 

 

Julián  MOLINA  ANDRÉS   (1944 – 1964)      España      150303 actualizado 220416

 

 

 

(

“Amor de niño, agua en cestillo” (popular)  (foto Sirisak Baokan en “El Mundo”)

 

 

Estanque en la Plaza Mozart (foto Otero)

 

 

 “If my inheritance of storms hath been

in other elements, and on the rocks

of perils, overlook’d or unforeseen,

I have sustain’d my share of worldly shocks,

the fault was mine: nor do I seek to screen

my errors with defensive paradox;

I have been cunning in mine overthrow,

te careful pilot of my proper woe.”

 

(“Si mi herencia de tormentas ha actuado

en otros elementos, y sobre las rocas

de los peligros, previstos o imprevistos,

he soportado mi parte en los golpes del destino,

la culpa fue mía; no quiero ocultar

mis errores con una paradoja defensiva;

he sido el artífice de mi caída,

el cuidadoso piloto de mi propia desgracia.”)

 

Lord Byron (1788-1824): “Epistle to Augusta”

[traducción de José Ramón Blasco]

 

 

   Piloto motociclista aficionado natural de Salamanca. A principio de los '60, Molina fue uno de los más brillantes pilotos regionales, junto a sus compañeros de generación Hernández, Cachorro  Iglesias, Monago... Molina era el más joven de todos ellos, y el más osado.

 

Julián MOLINA

(archivo familia Molina en “Velocidad”)

 

   Se mató en una de tantas pruebas de la época sobre aquellos peligrosos circuitos urbanos, al estrellarse contra una pared. Fue el domingo 2 de Agosto de 1964, durante la prueba de 250 cm3 del Premio de Ávila/XXV Años de Paz. Hacía ocho años que no se celebraban carreras motociclistas en la ciudad, y para esta ocasión se había desechado el antiguo circuito que contorneaba las famosas Murallas de Ávila, improvisando un nuevo recorrido urbano de 1,48 Km, el Circuito de Santa Ana, trazado por el Paseo de San Roque y las Avenidas 18 de Julio y José Antonio.

 

   Julián Molina, de 20 años recién cumplidos, se encontraba únicamente en su tercera temporada y no pasaba de ser un entusiasta aficionado de gran vocación, notables facultades y prometedor futuro, pero preparaba las carreras como un veterano profesional. A Ávila había acudido con tres máquinas: dos Bultaco de 125 cm3 y 250 cm3 más una Metralla de calle para entrenar. Cosa que hacía sistemáticamente con meticulosidad, incluso recorriendo el circuito a pie.

 

   El día de la carrera ganó con gran dominio la manga de 125 cm3, a 75,52 Km/h de promedio. Pero cuando se aprestaba a hacer lo mismo en la de 250 cm3 se encontró con que el escape de la Bultaco estaba suelto, con la abrazadera rota. Sin poder soldarla ni querer improvisar un arreglo de fortuna, decidió salir en la prueba con la 125 cm3. Sin embargo, la moto que tan bien había respondido en la primera manga se negó a arrancar esta vez. Por fin, empujado, pudo ponerse en marcha, aunque había perdido 7 segundos con respecto al pelotón. En la segunda vuelta redujo esa desventaja en 3 segundos, y en la siguiente se acercó a dos segundos de los rezagados. La carrera era a 25 vueltas ~ 37 Km, así que con semejante ritmo y a pesar de los handicaps, Molina aún tenía opción a la victoria. Pero en la 4ª vuelta se produjo el accidente mortal.

 

 

 

Julián MOLINA, durante la primera carrera, que ganó con esta Bultaco nº 27 con la que traza la salida de la curva que le sería fatal en la segunda carrera.

En las otras fotografías lo vemos recogiendo el trofeo de su última victoria

(Piquío y Mayoral en “Velocidad”, vía Galindo Pérez,

y archivo Clara Molina en https://www.youtube.com/watch?v=_Ox2g7zPmyg)

 

   Forzando el ritmo para recuperar el terreno perdido, Molina retrasó la frenada ante un ángulo a izquierdas, al que llegaba a unos 110 Km/h. La moto se descontroló al pasar por el resalto de un parche en el asfalto, hizo un extraño que el piloto no pudo corregir y se lanzó contra la fachada de ladrillo del edificio situado al exterior. Allí rebotó y volvió a la calzada, cayendo con Molina atrapado debajo.

 

 

La curva del siniestro, a cuya salida se encontraba este remiendo en el firme que descontroló la Bultaco de MOLINA.

El piloto conocía esta circunstancia gracias a los concienzudos reconocimientos y a las vueltas de la primera carrera; pero es indudable que esta vez frenó demasiado tarde y atacó la curva demasiado rápido y algo fuera del sitio.

El lugar no estaba protegido con balas de paja. Previamente ya se habían registrado cuatro caídas, aunque sin consecuencias para los pilotos. Pero para MOLINA fue un accidente que resultó fatal

(Piquío en “Velocidad”, vía Galindo Pérez)

 

   Tras impactar en la pared, Molina se golpeó la cabeza contra el jambaje de una ventana, cayendo después sobre la calzada, aplastado por la Bultaco. Los espectadores del lugar apartaron al piloto y su máquina de la línea de trazada, siendo Molina trasladado a la Clínica del doctor López Lara. Pero las heridas eran tan graves que murió apenas ingresado. La carrera la ganó Juan-Ramón López de la Torre.

 

 

Un reportero del semanario “Velocidad” señala las mellas y rozaduras que la Bultaco dejó en el ladrillo cara-vista de la fachada.

La enfermera Angelines, que atendió a Julián MOLINA, afirmaría que murió a los cinco minutos de ingresado en la clínica. Presentaba fractura de la base del cráneo, de cúbito y radio del brazo derecho y de varias costillas, además de hemorragia interna.

Su muerte se debió, principalmente, a dos averías: el escape suelto en la 250 cm3 y la tardanza en arrancar de la 125 cm3, lo que le obligó a forzar su ritmo por encima del límite

(de “Velocidad”, vía Galindo Pérez)

 

   Julián Molina Andrés (o de Andrés) residía en Salamanca, donde había nacido el 9 de Julio de 1944, siendo el segundo de cinco hermanos. Mecánico de profesión, su gran afición al motociclismo le llevó a sacar la licencia de Debutante de la Real Federación Motociclista Española y a debutar con una Lube Renn 125 cm3 durante las fiestas de San Juan de 1962 en Salamanca, con apenas 18 años; fue un comienzo frustrante porque se le averió la horquilla y se aflojó el manillar de la Lube. Su familia se oponía a que practicara un deporte tan peligroso (y en aquella época el motociclismo lo era), pero su vocación y su voluntad triunfó ante los impedimentos, logrando finalmente el apoyo familiar.

 

 

 

 

 

Evolución de Julián MOLINA ANDRÉS: futbolista entusiasta, escolar soñador, motociclista aficionado

y piloto con licencia nacional de la Real FME

(archivo Clara Molina en https://www.youtube.com/watch?v=_Ox2g7zPmyg)

 

Cariacontecido, en su decepcionante primera carrera, en la que le falló la Lube

(archivo familia Molina en “Velocidad”)

 

   A instancias de su afición, encontró trabajo en un taller concesionario de Bultaco que regentaba Francisco Val y donde trabajaba Manuel  “Cachorro”  Iglesias, piloto regional semioficial de la marca, además de otros pilotos aficionados: Carlos Hernández López y José Hernández Monago. Con algún apoyo de la Bultaco, entre todos constituyeron la Escudería Charra.

 

 

Equipo de la Escudería Charra

(archivo Clara Molina en https://www.youtube.com/watch?v=_Ox2g7zPmyg)

 

   Molina ya era semioficial de Bultaco cuando en 1963 ganaba en 125 cm3 Competición el Gran Premio de Cáceres, y en 175 cm3, el III Circuito de Zamora. En poco más de un año logró 11 victorias de 22 carreras (o 12 de 25, según otra fuente), conquistando el Trofeo de España de Federaciones Regionales 1963 de fórmula Junior en clase 125 cm3. En 1964, compitiendo en categoría Junior y Competición, ganó las cuatro carreras que constituían el meeting de Badajoz y obtuvo la licencia internacional de la Fédération Internationale de Motocyclisme.

 

 

 

 

 

 

 

Desde entonces, y arropado por su familia, se suceden las carreras en aquellos letales circuitos urbanos, los premios y la consecución de un palmarés que le permite obtener la licencia internacional de la FIM para 1964, además de la de la RFME.

Esta temporada su dorsal era el nº 27, el que llevaba en su Bultaco para el XX Premio Internacional de Madrid 1964, del 15 de Mayo, donde se clasificó 6º en categoría 125 cm Competición (última foto)

(archivos Clara Molina en https://www.youtube.com/watch?v=_Ox2g7zPmyg y Karino)

 

 

En estos fragmentos de la ficha federativa de Julián MOLINA no figura toda su ejecutoria, pero sí que en 1963 fue 3º en el Premio de Bilbao en 125 cm3, 2º en el II Premio de La Coruña en 125 cm3, 7º en el XI Circuito Palentino en 250 cm3 y vencedor del Trofeo de Federaciones Regionales en clase 125 cm3.

Y en 1964, 8º en el XI Trofeo de la Magdalena 250 cm3 (en Marzo, circuito de Castellón), dentro del campeonato de España Junior en clase 125 cm3; 3º en el Trofeo Fiestas (¿de Cartagena?); y, como sabemos, 6º en el XX Premio Internacional de Madrid en categoría 125 cm Competición.

La ficha se cierra con esta nota:  “falleció en una prueba en Ávila el 2-8-64”

(archivo Alfonso Molina de Andrés)

 

 

Julián MOLINA, de pic-nic con su novia, maestra nacional.

Cuando Julián se mató, ella se hallaba en Francia, perfeccionando su conocimiento del idioma de Voltaire

(archivos Clara Molina en https://www.youtube.com/watch?v=_Ox2g7zPmyg,

y familia Molina en “Velocidad”)

 

   Sus funerales y su cortejo fúnebre fueron multitudinarios, con la asistencia de autoridades y vecinos de Salamanca, así como de los aficionados de la región. Sumamente impresionados, los restantes miembros de la Escudería Charra se prometieron abandonar la competición, llevando en esta ocasión por última vez los monos enterizos de corredor, los cascos y los emblemas de la escudería, que quedaba disuelta. Sólo Manolo Cachorro hizo aún algunas carreras de todo-terreno, moto-cross, enduro y trial. Y, sobre todo, siguió vinculado al motociclismo como mecánico, vendedor y preparador.

 

Carlos Hernández López, uno de los cuatro mosqueteros de la Escudería Charra, colgó el casco tras la muerte de Julián MOLINA. Aquí lo vemos con una Bultaco Tralla 101 durante el Trofeo Ferias y Fiestas de Salamanca 1963 (¿ó 1962?), trazando la curva que enlaza el Paseo de Carmelitas con la Calle Álvaro Gil y la Avenida de Portugal

(archivo Óscar Falagán en http://www.labanezagp.com/2012/08/hace-50-anos/)

 

 

Manolo Cachorro, en su época de corredor en los ’60.

Y en 2003, posando como preparador de esta OSSA Yankee 460 Cachorro MotorRacing (2 cilindros, dos tiempos, 60 mm x 69,5 mm = 460 cm3, 11:1, 2 Dell’Orto de 34 mm, encendido por volante magnético Motoplat, refrigeración por líquido, 90 HP, > 250 Km/h)

(fotos archivo Manolo Cachorro y E. Mayor en “Moto Clásica”)

 

   Como José-Luis García, Ramón Torras o Pedro Álvarez, pilotos motociclistas de su misma época, Julián Molina se mató con poco más de veinte años. Sin semejante fatalidad, podría habérsele visto brillar en el campeonato mundial FIM

 

 

 

Julián MOLINA ANDRÉS (1944–1964)

(archivo Clara Molina)

 

 

Velocidad: 8 de Agosto de 1964 (Rafael Escamilla), pg. 11-14

Moto Clásica: Nº 5 (Febrero de 2003. Carlos Polo), pg. 89

alfonso en http://www.labanezagp.com/2012/08/hace-50-anos/

frangracia en http://clasicascompeticion.foroactivo.com/t11-pilostos-de-leyenda

http://motorsportmemorial.org/focus.php?db=ms&n=9327

Josep Maria Galindo Pérez (90814)

Clara Molina: “Julián Molina de Andrés piloto Bultaco”, en https://www.youtube.com/watch?v=_Ox2g7zPmyg

Alfonso Molina de Andrés (50115, 90115, 160115)

Juan Paredes (180216)

 

 

No Mirando a Nuestro Daño

(Todos los Pilotos Muertos)